Hay cosas que no puedes preveer que pasen. Otras, nunca esperas que pasen, y las más veces te pasas la vida esperando algo. ALGO.
Para mi vivir es como no estar aquí. Van pasando los años y me veo a mi misma entendiendo cosas que de seguro otros y otras las entendieron mucho, mucho antes que yo. Como funcionan las cosas, y porque. Los motivos que mueven a la gente, las razones que las llevan a tomar una decisión u otra. A mi todo esto me cuesta entenderlo, yo me muevo por inercia, por intución, y a veces, forzada por circunstancias ajenas a mi voluntad, me muevo y me cambio porque no me queda otra alternativa posible. Nunca he entendido muy bien porque actúo de esa manera, generalmente acepto, a estas alturas, que a mi las cosas no me importan mucho, que vivo en una especie de limbo particular del que, a veces, decido salir y mezclarme con lo real. Por eso me cuesta tanto entenderlo todo, desde lo ecónomico a lo humano, las letras, los números, las personas, y los cambios.

Todo me cuesta mucho. Y intentar explicar porqué es prácticamente imposible.