Nunca vereis una niña dibujando un coño.
Es, sin embargo, bastante común ver a niños dibujando pollas. En todas partes, por todas partes, y en cualquier edad. Las dibujan de mofa, de ira, de venganza, de reafirmación de masculinidad, de poder, de autoafirmación de identidad. Las niñas no suelen dibujar pollas, aunque en la adolescencia, puede pasar, como símbolo de rebeldía, diferenciación o gallismo puro.
Pero casi nunca vereis una niña, o un niño dibujando un coño. Siempre ha sido de esta manera, los hombres asumen, sin lugar a dudas, su sexo de una manera mucho más simple y sencilla que las mujeres. Tenemos polla, y nos gusta nuestra polla. A muchos les gusta dibujarla, y a otros tantos les gusta enseñarséla, a quien sea. Nosotras no hacemos concursos de coños, no nos lo enseñamos, a ver quién tiene más pelo. O de qué forma, o de qué color, como tienes tú tus labios .. Pués no, esto es tabú.
Es curioso que un echo como la masturbación femenina se haya podido asumir, lentamente, como algo relativamente normal. Pero cuando tienes 12 años y resulta que tienes la regla, y eres una de las pocas niñas de la clase que 'la tiene', y te lo preguntan, dices que no, porque por alguna razón indeterminada eso no lo puedes decir. Aún no.
Aún nos queda un largo camino por recorrer, aunque confieso que hacer concursos de órganos genitales no es algo que me quite el sueño.
Ayer un 'chico' de mi clase dibujó una polla en la pizarra. Con venitas, y todo. Y con gafas de sol. Hemos creado un producto que es un vodka 'fat-free'. Y dice, mira, este va a ser nuestro logo. Porque nuestro target son mujeres.
Y claro, por eso dibujo una polla.
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