miércoles, agosto 06, 2008



Ir de viaje es tener ganas de perderse en otro lugar. De la posibilidad, por remota que sea, de vivir la aventura de tu vida. De soñar, de vivir, de imaginar en otros lugares imágenes que has imaginado en tu hogar. De reír, de andar, de visitar, de disfrutar, de comer y degustar otros sabores, y olores y colores. De huir, de encontrarse, de buscar lo que creemos que nos falta en otros lugares. De pensar como viven la vida los otros, los que viven tan lejos de nosotros, y darse cuenta que en el fondo, la vida es la vida, la misma aquí que en Pequín. Tú serias otra en otro lugar, el otro lugar te pertenecería, distinta pero siempre la misma.
Irse de viaje es irse a otro lugar distinto de nuestra propia residencia dentro de un período no superior a un año.
Te puedes ir sola, o acompañada. Pero más vale que elijas sabiamente la compañía. Porque si para ti viajar es un sueño, y una aventura, y un deseo, y un pensamiento, y un placer, y alegría, y tristeza no te puedes ir con cualquiera.

Hay momentos que se viven con risas. Y otros, con silencios. Y en cualquier caso, hay veces que vale la pena vivirlos en compañía, sobretodo los silencios, que son los que perduran para siempre. Y tiene cojones que lo diga yo, pero lo digo. Ahora que me falta de todo, y de todos, pienso en todos los buenos momentos que me habéis dado algunos. Y lo agradezco.

Y también me doy cuenta, no te creas, que por mucho que me engañe, por muchas ansias que tenga de vivir, y soñar, y aventurarme en el culo del mundo, no me tenga que ir muy lejos para encontrar el paraíso en la tierra. Porque nuestro paraíso también es el lugar dónde, a fin de cuentas, hemos sido felices, solos y en compañía.



Gracias.



Gracias. Incluso por los momentos incómodos. O a pesar de ellos.



Si.

Y a pesar de todo, no desisto. Y el año que viene nos vamos a continuar buscando el paraíso en la tierra.

Brasil.

No hay comentarios: