lunes, junio 11, 2007
Ay, pobre Wendy. O pobre Peter. Porque para él crecer nunca iba a ser una fantástica aventura, que no, que no iba a ser y punto.
Adaptarse, amoldarse, madurar, envejecer, crecer. Conformarse, aburrirse, y aclimatarse.
Pero no tiene porque ser sinónimo de dejar de soñar, dejar de crear, dejar de creer. Tolerar si, aceptarse, si. Sucumbir, no, no, no. Enloquece, y desfallece. Y me equivoco, y me volveré a equivocar. Y me voy a contradecir con el ayer, con el hoy y con el mañana. Siempre, siempre.
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